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Atrae, conecta y seduce a tu público con el packaging más atractivo. Si eres diseñador gráfico o quieres dedicarte al mundo del diseño publicitario profesionalmente, especialízate en packaging. ¡Accederás a las mejores oportunidades laborales del sector creativo!
Descubre el proceso de diseño de packaging y especialízate en esta rama del diseño creativo.
Todo comunica en una marca, por supuesto, también lo hace el envoltorio de sus productos y el valor creativo que les atribuye. ¿Quieres aprender a realizarlos? ¡Sigue leyendo y te contamos todo lo necesario!
El packaging es una de las especialidades del diseño gráfico que más ha evolucionado en los últimos años. Aunque parezca que toda la comunicación de marca ya es digital, en el plano físico, aún queda mucho por descubrir e innovar. Este es el caso del diseño de packaging, cuyo objetivo es impulsar las ventas en los ecommerce pero, sobre todo, en los establecimientos físicos.
Cuando diseñamos gráficos para digital, el aspecto más importante es el resultado que produce. Debe verse bien en las pantallas y ser fácil de leer y comprender en los dispositivos para que no distraiga la atención de su mensaje.
Del mismo modo, el valor de una tienda física es que hay muchos factores que se pueden aprovechar para aumentar la satisfacción del consumidor y hacer que se quede por más tiempo. Una tienda física es una gran oportunidad para seducir a tus clientes a través de los sentidos.
Un packaging que consiga despertar las emociones del consumidor y su instinto de posesión, aumentará las ventas considerablemente, por eso las marcas invierten cada vez más recursos en optimizar su primera carta de presentación del producto. Hay ciertas ventajas contrastadas que un diseño de packaging creativo aporta a una empresa, como son:
Genera demanda: el diseño original y cuidado del envoltorio de un producto llama la atención y aumenta el interés de quien lo percibe. Sobre todo, esto ocurre en productos de alta rotación, que generan impulsos más irracionales, como alimentos o perfumes.
Mejora la identificación y fomenta el recuerdo de la marca: uno de los cometidos del packaging es que la marca diferencie su producto entre los similares de la competencia y le añada valores intangibles como la percepción de calidad o exclusividad.
Reducción de costes: la creatividad no va en detrimento del ahorro. Un pakcaging creativo elaborado, por ejemplo, con materiales reciclados o de estilo minimalista, ayudará a la empresa a economizar en su producción.
Un cambio hacia la sostenibilidad: un embalaje optimizado en elementos y materiales no solo ahorra costes económicos, también medioambientales. Si usamos materiales reciclables o biodegradables, eliminamos elementos superfluos o detalles que no aportan nada, estaremos ayudando al medio ambiente.
Fomenta la fidelidad del cliente: seguro que alguna vez has usado el típico tarro de Nocilla como vaso de agua. Su diseño es perfecto para ello: está hecho de vidrio, tiene un tamaño estándar y muy similar a los vasos de agua comunes, es resistente… cando Nocilla se percató de que su público percibía el envase como valor añadido a su producto principal, comenzó a trabajarlo con nuevos diseños e incluso personalizaciones. En definitiva, que tus clientes usen el packaging para otros fines, es un auténtico éxito para la fidelización y el fortalecimiento de la marca en general.
Para diseñar un buen packaging original, que cubra las necesidades del producto que contiene y que, además, cumpla con la función comunicativa del Marketing, se requiere de un proceso creativo y de producción muy minucioso. Antes de ponerse manos a la obra, es esencial que el equipo de diseño conozca muy bien las características del producto: de qué se trata, qué necesidades de conservación necesita, si será transportado a grandes distancias, en qué medio, a qué fenómenos atmosféricos se verá expuesto, si puede producir alguna reacción alérgica o transferir alguna sustancia al producto que envasa (sobre todo si es un alimento), si necesitará ser resistente a golpes o al trato con niños o animales….
Primero se plantean todo esto en un briefing, donde detallaremos las necesidades y objetivos del packaging.
Luego se hará una breve reunión para exponer las diferentes opciones y escoger una para empezar a desarrollarla. También puede resultar una opción fruto de muchas ideas.
El siguiente paso será explicar al cliente el porqué del proyecto y en base a qué se ha decidido escoger una opción antes que otra, presentando bocetos que apoyen la idea. Cuando dé el visto bueno pasaremos al diseño del packaging en detalle.
El momento de ponerse a diseñar llega ahora. El diseñador deberá utilizar los mejores programas de diseño para un acabado profesional lo más fiel a la realidad posible. En esta etapa se realizarán planos de las piezas que componen el envase, modelados en 3D y se redactará la memoria del proyecto.
Pasamos a la etapa de simulación, en la que se desarrollarán algunos modelos reales de los envases y se probarán para ver su eficacia. En esta fase se analiza y estudia el comportamiento del diseño y materiales para plantear problemas, soluciones y posibles modificaciones.
¡Si todo sale bien, el producto ya estaría listo para comercializarse en los establecimientos!
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